Guía para la alimentación complementaria

¿Qué es la alimentación complementaria?

La alimentación complementaria se considera un proceso por el cual se ofrecen al lactante alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche materna y/o de una fórmula infantil como complemento y no como sustitución de ésta. En los últimos años las recomendaciones en cuanto a la alimentación de los bebés han variado, siendo muy distintas de los consejos recibidos anteriormente. Es responsabilidad de nosotros como padres mantenernos actualizados con la finalidad de ofrecerle a nuestros hijos una dieta balanceada desde sus primeros alimentos.

Esta etapa es muy importante y tiene repercusiones hasta la vida adulta ya que, marca los gustos y preferencias por sabores y texturas.

Todas las decisiones que tomemos en cuanto a la alimentación de nuestros pequeños deben de ir de la mano de las recomendaciones de nuestro pediatra y cualquier duda que tengamos al respecto acudir a él para decidir por la mejor opción. Existen sitios en internet donde también se puede obtener información muy acertada al respecto, como son las asociaciones de pediatría, o bien algunos pediatras suben recomendaciones en redes sociales. Siempre es importante corroborar que la fuente de información sea profesional.

¿Cuándo comenzar?

Es recomendable que a partir del sexto mes de vida se introduzcan de forma paulatina los alimentos diferentes a la leche materna y/o fórmula en la dieta del bebé. Existen casos particulares en los cuales nuestro pediatra puede recomendar comenzar antes y/o después de los 6 meses. La pauta de los 6 meses se establece ya que para comenzar es conveniente que se tenga la maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune. Recuerda que, durante todo el primer año de vida, la principal fuente de alimentación de tu bebé será la leche materna y/o fórmula, los alimentos serán complemento, hasta lograr una dieta balanceada.  Es una etapa de descubrimiento para tu bebé, en la que va experimentar distintos sabores, olores, texturas, formas, etc. Al principio probablemente se entretenga más tocando y jugando con la comida que consumiéndola. Esto es normal y parte de proceso, déjalo que descubra estas nuevas sensaciones.

Algunas señales generales de que tu bebé está listo para comenzar con los sólidos suelen ser:

❖ Sostiene la cabeza erguida. Aunque algunos bebés pueden levantar su cabeza como muestra de su fuerza desde el día en que nacen, no suele ser sino hasta los tres o cuatro meses de edad que se tiene la capacidad de mantener la cabeza erguida por períodos prolongados.
❖ Se sienta erguido. Los bebés generalmente empiezan a sentarse, aunque al principio con bastante apoyo, aproximadamente a los seis meses de edad. Afortunadamente, diversas sillas para comer y sillas para bebés modernas vienen con convenientes funciones de reclinado que ofrecen soporte adicional para aquellos que no están completamente listos para sentarse erguidos por sí solos.
❖ Está lo suficientemente grande para consumirlos. Como regla general, los bebés están lo suficientemente grandes como para comenzar el consumo de alimentos sólido más o menos cuando duplican su peso al nacer y pesan un mínimo de aproximadamente 13 libras.
❖ Reaccionan a la comida. A medida que los bebés perciben más el mundo a su alrededor también tienden a interesarse más en los alimentos. Suelen observar la comida con atención y abrir la boca con ansiosa anticipación cuando ven que alguien se las acerca.

    ¿Sabes cuáles son los riesgos del inicio precoz de la alimentación complementaria?

    De acuerdo con la OMS, la alimentación complementaria debe comenzar a partir del sexto mes, y en algunos casos que el pediatra lo recomiende según su valoración como muy pronto podría comenzar a partir del cuarto mes.

    A continuación, te mencionamos algunos riesgos de la introducción precoz (antes del cuarto mes) de la alimentación complementaria, de acuerdo con la Asociación Española de Pediatría.

    A corto plazo:

    ❖ Posibilidad de atragantamiento.

    ❖ Aumento de gastroenteritis agudas e infecciones del tracto respiratorio superior.

    ❖ Interferencia con la biodisponibilidad de hierro y zinc de la leche materna.

    ❖ Sustitución de tomas de leche por otros alimentos menos nutritivos.

    A largo plazo:

    ❖ Mayor riesgo de obesidad.

    ❖ Mayor riesgo de eccema atópico.

    ❖ Mayor riesgo de diabetes mellitus tipo 1.

    ❖ Mayor tasa de destete precoz, con los riesgos añadidos que esto conlleva.

     

     

    ¿Sabes cuáles son los riesgos del inicio tardío de la alimentación complementaria?

    Así como existe la recomendación de no comenzar anticipadamente la alimentación complementaria, también existen riesgos de la introducción tardía de la AC.

    De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría en ocasiones puede ocurrir que bebés que toman leche materna no han mostrado aún un interés activo por la comida, sin embargo, se desaconseja demorar el inicio de la AC por encima de las 26 semanas de edad, ya que esto también puede aumentar el riesgo de problemas nutricionales, como el déficit de hierro.

    A continuación, algunos posibles riesgos de postergar la AC.

    ❖ Carencias nutricionales, sobre todo de hierro y zinc.

    ❖ Aumento del riesgo de alergias e intolerancias alimentarias.

    ❖ Peor aceptación de nuevas texturas y sabores.

    ❖ Mayor posibilidad de alteración de las habilidades motoras orales.

     

    ¿Con cuáles alimentos comienzo?

    Como ya lo hemos comentado anteriormente, las recomendaciones en cuanto a la alimentación de los bebés se han ido modificando con base en nuevos estudios y conocimientos.

    En la actualidad se recomienda no retrasar la ingesta de ningún alimento, por más alérgeno que pensemos que es. Esto ayudará a que nuestro bebé tenga una dieta completa y balanceada al año de vida y se incorpore a la dieta familiar. Debemos comenzar con todos los grupos de alimentos, incluir verduras, frutas, cereales integrales, leguminosas, carnes y huevo.

    Se recomienda introducir los alimentos de uno en uno, con intervalos de unos días, para observar la tolerancia y la aceptación y no añadirles sal, azúcar ni edulcorantes, para que el bebé se acostumbre a los sabores naturales de los alimentos. Por ejemplo, sí comenzamos con chayote, darle el chayote 3 días seguidos y valorar sus reacciones, al cuarto día comenzar con un alimento nuevo por ejemplo con pollo y así durante 3 días.

    Así sucesivamente con todos los alimentos. Una vez que hayamos visto que no hay intolerancias o alergias, puedes mezclar los alimentos sin problema. Un buen tip es comenzar con alimentos ricos en hierro y zinc, así como alternar alimentos astringentes y laxantes.

    Recuerda que puede consumir todas las frutas, no hay motivo para retrasar las berries ni los cítricos. Los cereales, también los puede consumir todos, siempre y cuando no contengan azúcares añadidos y sean integrales.

     

    ¿Cuáles alimentos no debo darle?

    Existen alimentos que no son recomendables durante la etapa de la alimentación complementaria. Algunos de ellos por aportar calorías vacías y no ser saludables y otros por peligro de atragantamiento.

    A continuación algunos alimentos desaconsejados durante esta etapa:

    ❌Sólidos con riesgo de atragantamiento (frutos secos enteros, salchichas, alimentos crudos y/o duros, uvas completas, palomitas, etc.).

    ❌Jugos y refrescos.

    ❌Alimentos ultraprocesados que contengan azúcares añadidos, colorantes, conservadores y/o saborizantes artificiales. 

    ❌Leche entera antes de los 12 meses.

    Métodos de alimentación complementaria

    A la mayoría de nosotros, nos alimentaron con el método “tradicional” de las papillas al inicio de la alimentación complementaria.

    Hoy en día hay más opciones; inclusive hay cursos de BLW (Baby led weaning) o de BLISS (Baby-Led Introduction to SolidS). El método o procedimiento por elegir es decisión de cada familia.
    En lo personal hablando de texturas, a mi me funcionó lo siguiente con mis bebés: comencé a los seis meses con papillas, después entre los 7 y 8 meses con alimentos picados muy finamente o machacados, y entre los 9 y 10 meses trocitos o bastoncitos blandos /cocidos para evitar algún atragantamiento. Sea cual sea el método que elijas, la idea de acuerdo a la OMS, es que al año de edad tu bebé se incorpore a la mesa familiar consumiendo lo mismo que todos en tu familia, excepto los sólidos con peligro de atragantamiento. El consejo que nunca pasa de moda y siempre es importante seguir es: nunca dejar desatendidos a los bebés mientras comen, ni siquiera por un minuto.

    Recuerda que durante esta etapa las porciones son pequeñas y son complemento de la lactancia y/o fórmula. Con el paso del tiempo las porciones se van haciendo más grandes, de acuerdo con las necesidades de cada bebé. No hay que forzarlos a comer porciones grandes de alimentos. La cantidad es variable para cada bebé. Si te rechaza algún alimento, intenta preparándolo de manera distinta o en presentación diferente. Haz de esta etapa algo divertido y con buenos recuerdos.

     

    Básicos en la alimentación complementaria

    Establecer rutinas nos puede ayudar a llevar esta etapa más fácilmente, y que sea disfrutable para ambas partes. Es importante saber que estas rutinas deben ser flexibles. Serán solo como una pauta a seguir, pero siempre teniendo en mente que cada día será distinto, dependiendo del estado de ánimo del bebé o en general de la familia.

    Existen 3 cosas básicas que tenemos que intentar manejar:

    ✅ Lugar: de preferencia elegir uno que sea tranquilo, seguro y sin distracciones (televisión, celulares, tablets, etc). Cuando sea posible, sentar al bebé junto a los otros miembros de la familia para que pueda interactuar con ellos. Acercar al bebé a la mesa de forma segura, de preferencia utilizando una silla especial para bebés (periquera / silla alta).

    ✅ Tiempo: establecer un horario aproximado de comidas, con flexibilidad, puede ayudar a la anticipación y regulación del bebé. Al llegar al año de edad, se recomiendan 3 comidas y 2 colaciones.

    ✅ Menú: seleccionar una dieta variada y sana. Servir raciones apropiadas a su edad y ritmo de crecimiento. Recordemos no incluir alimentos con saborizantes, colorantes, o conservadores artificiales ni que contengan sal o azúcares refinados añadidos.

     

    Alimentación complementaria con enfoque positivo

    Como lo mencionamos al inicio de este escrito, lo que hagamos y ofrezcamos a nuestros bebés durante esta etapa, tendrá impacto a lo largo de su vida. Es por esto por lo que aparte de ofrecerles comida saludable y nutritiva, también es conveniente cuidar el entorno emocional y crear buenos hábitos alimenticios desde el inicio.

    Con la finalidad de ofrecer una alimentación complementaria con enfoque positivo, a continuación te mencionamos algunos consejos para cuidar el ambiente emocional durante esta etapa.

    ✅ Ser paciente y respetar el ritmo de avance de los nuevos logros.

    ✅ Evitar enojarse y/o desesperarse. Ante las situaciones negativas (no come, no le gusta, se porta mal, etc.), mantener una actitud neutra. No gritar.

    ✅ Una conducta muy controladora o exigente por nuestra parte impide que el niño aprenda a autorregularse. Hay que permitirse ser flexibles.

    ✅ Evitar distracciones (pantallas, juguetes). Hagamos de este momento, un tiempo de calma y convivencia familiar.

    ✅ Disfrutar de la comida en familia, reforzando los logros. No utilizar los alimentos como premios o castigos, ni como consuelo o chantaje.

     

    Consulta a tu pediatra para cualquier duda que tengas acerca de la alimentación y desarrollo de tu bebé.

    Fuentes:
    https://www.aeped.es
    https://www.healthychildren.org