Tabaco, embarazo y niños pequeños

Todos hemos escuchado de los riesgos para la salud al fumar. Estos riesgos no solo son para el fumador activo sino también para los acompañantes (fumadores pasivos).

Los más afectados con el humo del cigarro son los bebés y niños pequeños ya que suelen padecer más infecciones respiratorias, de oído, bronquitis, neumonía, deficiencia pulmonar y asma  en comparación con los niños que no tienen contacto alguno con el tabaco. Esto es debido a que pasan más tiempo en contacto directo con sus padres y otros fumadores y sus pulmones no han madurado completamente.

Las mujeres embarazadas también deben de cuidarse del humo de segunda mano que es casi igual de perjudicial a que si ellas lo fumaran. Estudios han demostrado que si una mujer fuma o está expuesta a humo de segunda mano durante el embarazo, es posible que su hijo nazca prematuro o que tenga bajo peso y talla. Otros efectos que causa fumar durante el embarazo pueden incluir:

  • El síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)
  • Trastornos respiratorios
  • Disminución de la capacidad de respirar del feto
  • Problemas de aprendizaje
  • Enfermedades cardíacas en la adultez

 

¿Sabías que el humo puede permanecer en una habitación durante mucho tiempo después de que alguien ha fumado ahí?

Después de que el humo ha estado en el aire, se queda en las superficies de las habitaciones de todo el edificio. Los niños pueden inhalar el humo o ingerirlo cuando se ponen objetos en la boca.

Es importante tener claro que abrir una ventana o puerta, sentarse en un lugar separado o el uso de ventilación o  aire acondicionado no eliminan la exposición al humo de segunda mano. Si no pueden dejar de fumar, es importante que mantenga un entorno libre de tabaco en los lugares donde los niños viven o juegan.

Lo más recomendable es:

Nunca fumar dentro de su casa, incluso cuando hace frío afuera. Fumar adentro una vez, es suficiente para contaminar el resto de la casa, incluso si está en una habitación con las puertas cerradas.

Nunca fumar en un automóvil que transporta niños. Fumar en un automóvil incluso una vez puede llenar los asientos y otras partes del carro con toxinas, incluso si las ventanas están abiertas.

Lo mejor para proteger completamente a tu familia de los químicos tóxicos del humo de segunda mano es dejar de fumar, ya que el humo y toxinas se quedan en la ropa y en la piel.

Fuente: www.healthychildren.org / Academia Americana de Pediatría